El “Estanque de Monet” en… ¿Placeres?

El trabajo por proyectos nos puede abrir un abanico sorprendente de actividades a desarrollar con nuestros alumnos, en este caso “El estanque de Monet” era el proyecto propuesto donde trabajaríamos contenidos que irían desde el arte y la cultura a la flora y la fauna de animales y plantas acuáticos y no tan acuáticos. Como actualmente no parece que los estanques sean muy populares y aprovechando nuestra situación al lado del mar, decidimos abrir miras y estudiar también el entorno más próximo, la zona intermareal y sus habitantes, como los cormoranes, garzas, limícolas varios y demás aves que nos saludan todas las mañanas y que nos animan a ello. Más complicado fue ver a algún que otro pez y a algunos crustáceos que incluso se pueden oler y tocar, como las algas, de las que no olvidaremos su olor.

Pero el concepto del estanque se nos resistía un poco, no en su faceta de contenidos ya que conocimos muchos a través de los libros y redes, ni en la artística porque pintamos, diseñamos e imaginamos muchos estanques, sino en la práctica, así que… creamos uno en nuestro bosquecillo. Sí, ese bosquecillo donde vive un “duende” gamberro que a veces nos hace alguna jugarreta como cambiarnos las cosas de sitio o esconder algún juguete. Así, con permiso del duende y de los niños de E. Especial, que tienen un huerto muy cerquita, comenzamos la construcción del “Estanque de Placeres”.

Todos los alumnos de tres años colaboraron en el proceso, lo diseñamos, hicimos un buen agujero (con la ayuda de los alumnos de E. Especial), lo llenamos de agua, algunas plantas y piedras y…¡listo!, ya teníamos nuestro propio estanque. Luego plantamos unos bulbos y plantas a su alrededor y fuimos a regarlas varias veces, ¡cómo mola lo de regar!. También pudimos ver como son los nenúfares y los juncos antes de dejarlos allí para crecer.

Más tarde nos dimos cuenta de que no tenía inquilinos (tal como habíamos estudiado), así que investigando descubrimos que se podía montar un “hotel de insectos” e inmediatamente nos pusimos manos a la obra. Necesitamos un poco de ayuda, pero lo instalamos y rellenamos de palitos, maderas y cortezas entre todos y así quedó nuestro “Bichotel”. De paso, como habíamos estado cuidando unos gusanos de seda, aprovechamos para ver su metamorfosis y soltarlos en esa zona en cuanto se convirtieron en mariposas, fue un momento muy especial.

Este año, al empezar el curso comprobamos con algo de pena, que algunas plantas se habían secado, pero, por otro lado, ya vimos los primeros inquilinos por nuestro estanque y Bichotel: zapateros, mariposas, mosquitos…

Ahora solo nos queda cuidarlo y mejorarlo para seguir disfrutando de él, nosotros y nuestros compañeros del cole.



Comentarios